Una década después del estallido financiero internacional que arrastró al endeudamiento, al desempleo y a la precariedad a millones de personas en todo el planeta, la pandemia de la covid-19 vuelve a dejarnos un mundo en crisis. Con anterioridad a éste último acontecimiento, la antropóloga Roitman ya había afirmado que la crisis ha devenido en condición permanente en nuestro mundo globalizado. Las experiencias de pérdida y precariedad, los procesos de despojo, de exclusión y de represión se han expandido e intensificado, convirtiéndose  muchos de ellos en parte de la normalidad de una mayoría social cada vez más amplia. Paralelamente a estos hechos, un amplio repertorio de análisis, imágenes, relatos y declaraciones de crisis articuladas desde distintos ámbitos y por distintas voces, han ido construyendo, si bien con fines diversos, un imaginario que hoy podemos dar prácticamente por instituido. El imaginario de crisis crónica nos sirve hoy como aparato de visión, de lectura, de definición y de organización del mundo que habitamos, de sus instituciones y de sus normas. Atraviesa nuestros cuerpos, nuestras relaciones y nuestros campos de deseo, definiendo el marco de lo posible. Desafortunadamente –aunque si bien no por sorpresa–, los poderes dominantes se han servido de este nuevo sentido común para instalar gobiernos “excepcionales” a través de los cuales seguir perpetuando sus intereses extractivistas. 

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No obstante, este escenario ha propiciado al mismo tiempo la emergencia de nuevos movimientos de resistencia y (auto)defensa,  así como iniciativas colectivas de reorganización de las estructuras que sostienen el día a día. Al calor de estas experiencias ha tenido lugar una reapertura de los debates feministas en torno a los cuidados con espacial hincapié en la posibilidad de una nueva imaginación social capaz de desafiar de manera radical el ataque a la vida –a su desarrollo, sostenimiento y reproducción– inherente al capitalismo, particularmente en su actual estadio de crisis crónica. Hace ya décadas que el feminismo, desde epistemologías y contextos diversos, viene desarrollando un marco teórico en torno a los cuidados con la intención de visibilizarlos políticamente tanto como lugar de luchas como de imaginación y creación de mundos-otros. La problematización de los cuidados toca cuestiones fundamentales de nuestro mundo presente y de su futura sostenibilidad, ofreciendo una lectura transversal en tanto que las múltiples crisis a las que hacemos frente hoy en día son en realidad distintas manifestaciones de un sistema socioeconómico en quiebra, al cual le resulta cada vez más difícil sostenerse propiamente al haber comprometido críticamente las condiciones que posibilitan la vida en nuestro planeta.

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Este curso se sitúa dentro de este marco esbozado y parte de su premisa principal; la necesidad acuciante de construir una nueva imaginación social de los cuidados capaz de reconfigurar el mapa de lo posible, reabrir el presente y con él el futuro hacia horizontes más allá de la crisis crónica. Desde esta perspectiva, se propone por un lado acercarnos a preguntas que surgen –o resurgen– en nuestra situación presente mediante una serie de seminarios teóricos a partir de textos de autores y autoras como Castoriadis, Federici, Pérez-Orozco, Gilligan, Fernández-Savater o Garcés entre otras. Por otro, y a partir de esta aproximación, especular conjuntamente con posibilidades radicalmente distintas a través de la construcción colectiva y multimodal de una ficción situada, la cual partiendo de las propias experiencias y deseos nos sirva de mapa de lectura de latencias presentes y de interpretación de las mismas como potencias configuradoras de realidad.